El clavicordio —a diferencia del clave— posee "respuesta al tacto": según la fuerza del ataque se puede variar la intensidad, aunque ésta siempre será muy débil. A partir del mecanismo del clavicordio —que permite tocar con diferentes dinámicas entre el piano (suave) y el forte (fuerte)—, los italianos crearon el pianoforte (el actual piano), que desplazó a sus dos antecesores, el clavicordio y el clave.